¿Qué es la depresión?

La tristeza forma parte de la vida de las personas, en ocasiones se presenta a consecuencia de un acontecimiento concreto y otras veces sin un detonante especifico, es decir, sin saber por qué.

La depresión sin embargo se caracteriza por una alteración del estado de ánimo de mayor intensidad, duradera en el tiempo, y que altera una o varias facetas de la vida de la persona, social, laboral…

En función del grado de afectación puede llegar a ser un trastorno invalidante, y la duración varía en función de la persona, pudiendo ir de meses a mas de un año.

Tipos de depresión

En función del sistema de clasificación CIE 10 o DSM V podemos encontrar variaciones en la clasificación del trastorno depresivo. De forma general podemos dividir los trastornos depresivos en:

  • Depresión mayor: Es el que engloba la mayoría de los síntomas y es de mayor intensidad, presentándose una apatía marcada unida a una inhibición psicomotriz, unida a una disminución del interés o placer en casi todas las actividades. Pueden presentarse pensamientos recurrentes de muerte o suicidio.
  • Distimia: Comparte síntomas con la depresión mayor, pero son de menor intensidad, aun pudiendo ser de mayor duración y cronificarse. No implica la perdida de interés en experimentar ciertos placeres, ni pensamientos suicidas.

¿Cuáles son las causas de la depresión?

Las causas que precipiten un estado depresivo pueden ser de diversa índole:

  • Factores fisiológicos: La depresión está relacionada con una alteración en el funcionamiento cerebral asociado a una variación en la cantidad de neurotransmisores, como la serotonina, dopamina noradrenalina o melatonina, presentes en él. Estos están bloqueados o disminuidos.
  • Factores ambientales: Situaciones concretas que han acontecido en la vida de la persona, pueden generar estados de estrés y ansiedad, que afectan a la toma de decisiones, energía vital, concentración, vida laboral y familiar… son predisponentes de estados depresivos. Abusos físicos, cambios estacionales, aislamiento social, perdidas de seres queridos, son algunas de estas situaciones.
  • Factores genéticos: Los antecedentes en el entorno familiar predisponen en cierta medida al desarrolla del trastorno con una probabilidad de entorno un 25%.
  • Factores personales: La edad, el ser hombre o mujer, enfermedades físicas, el consumo de tóxicos… son factores que influyen en el desarrollo de la depresión.

¿Cuáles son los síntomas de la depresión?

Los síntomas que podemos encontrar asociados a una persona que está pasando por un proceso depresivo son los siguiente.

  • Sensación de tristeza sin encontrar consuelo.
  • Apatía, indiferencia, decaimiento o desmotivación. No tener fuerzas para llevar a cabo tareas.
  • Sentimiento de culpa o vergüenza persistentes.
  • Desesperanza ante el presente y el futuro.
  • Irritabilidad.
  • Ansiedad. Dificultad para la toma de decisiones, problemas de concentración y perdidas de memoria.
  • Anhedonia. Falta de sentimiento de placer ante actividades que antes lo producían.
  • Cambios en la alimentación, tanto por exceso como por defecto, provocando alteraciones en el peso corporal.
  • Trastornos del sueño. Dificultades tanto para conciliarlo como para mantenerlo.
  • Retardo psicomotor,  lentitud de movimientos. O por el contrario, agitación y nerviosismo.
  • Falta de apetito sexual.
  • Ideas de suicidio y autolisis.

Estos son algunos de los síntomas habituales en una persona que está atravesando un proceso depresivo, en los que la falta de fuerza para afrontar la situación puede llevar a la idea de que no merece la pena seguir viviendo.

Cómo se diagnostica la depresión

Para el diagnostico de un trastorno depresivo es necesaria la identificación de síntomas y signos que cumplan una serie de criterios clínicos, a través de la entrevista clínica y la utilización de cuestionarios específicos.

A través de este proceso es posible diferenciar un trastorno depresivo de otros diagnósticos diferenciales que expliquen el estado de la persona, asi como de procesos vitales donde la tristeza y un bajo estado de ánimo estén presentes, sin llegar a la gravedad del trastorno.

¿Cómo se trata la depresión?

La psicoterapia y el posible tratamiento farmacológico, en función de la gravedad, ayudará a la persona al afrontamiento de aquellos episodios generadores de tristeza, anhedonia y apatía, que le impiden llevar una vida gratificante.

El tratamiento psicológico mediante psicoterapia, sola o combinada con fármacos, ha demostrado ser eficaz tanto para el tratamiento, como para la prevención de recaídas. De esta forma mejora la calidad de vida, potenciando el crecimiento personal a través del autoconocimiento, promoviendo cambios de conducta y actitud.

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